jueves, 26 de septiembre de 2013

Siete bodas y un fiuniral (capitulo final de Dexter)


Domingo pasado se emitió el ultimísimo capítulo de la serie Dexter. Amigos y amigas, lamento mucho haber tardado tanto a hacer referencia a ello; pero, como comprenderéis,  necesitaba unos días de luto y reflexión.




Toda esta entrada estará llena de SPOILERS y opiniones personales, avisadas quedan las almas fácilmente impresionables.

¿Qué pasó en el último capítulo? Pues sinceramente… NO LO SÉ. Los finales de las mejores series siempre levantan mucho debate (pensemos en Lost o en Los Soprano), se crean varios grupos de individuos: los fanáticos que harían ofrendas de sangre a los productores de la serie para poder besarles los pies, los inconformistas que no aceptan un final que “seguro que ellos hubieran hecho mejor”, los esquiroles que cambian de bando pasando a odiar su serie favorita… y al final también hay los que olvidan.
En este caso, espero ser un olvidadizo, más adelante os contaré porqué.

El caso es que, en general, el capítulo final no ha gustado. Es un hecho estadístico no contrastado, aunque real.
Pero yo me atrevería a decir algo más: creo que el final no es lo que tanto ha molestado, al menos a mí, sino el desarrollo de la temporada en general.



Para empezar, los personajes se han desvanecido en una niebla uniforme. Se derriten y pasan a compartir un carácter común. Debra y Dexter siempre habían tenido caracteres completamente opuestos, aunque igual de salvajes. Debra era la anti-psicópata por excelencia: justiciera, sincera, luchadora, abierta… Características completamente contrarias al carácter de Dexter. Pero en la octava temporada Dexter se vuelve “bueno” y Debra se vuelve “mala” creando una miscelánea aberrantica. Un momento que me hizo gritar “NO PUEDE SER” avergonzado por los guionistas fue cuando Debra acepta a Hannah en su casa. Nuestra Debra nunca habría actuado así, es un jump-the-shark muy doloroso. En el caso de Deb, lo de esta temporada ha sido lo más incongruente desde la historia de sus sentimientos incestuosos protectores.



Creo que otro gran error en la temporada fue que se crearon muchas expectativas al principio de la aparición de la Doctora Vogel. Esperábamos poder descubrir más sobre Dexter, esperábamos que Dexter pudiera recibir un poco de amor de madre, esperábamos que los “You are perfect (as a psychopath)” de Vogel nos devolvieran al Dexter pre-Laguertta-muerta… esperábamos y esperábamos y sólo nos encontramos con una mujer indefensa y frágil bajo los ojos vigías de un Dexter atolondrado. Aún así, tengo que romper una lanza a favor de Vogel, su interprete, Charlotte Rampling, es magnífica e hizo una actuación insuperable; y, además, gracias a ella pudimos ver el momento de la cena con Dexter, Hannah y el pequeño pijo-aprendiz de Dexter, un retrato de la típica familia (todos un poco psicópatas).



Y el tercer gran error ha sido la disparidad general y la heterogenia de la historia. Masuka conoce a su hija, Quinn está y deja de estar con la hermana de Ángel, Ángel debatiéndose entre su amistad con Quinn o su deber como teniente y, mientras tanto de fondo, ¡DE FONDO!, Dexter persiguiendo un asesino , enseñando a matar a otro, recuperando su relación con Deb, protegiendo a Voguel, enamorándose de Hannah… Podría decir de que van las temporadas anteriores, pero esta última no.


Pero quiero mostraros también la opinión de un usuario anónimo que está a favor del final para ser un poco (aunque muy poco) más objetivo.

“Aunque no es el final esperado por todos ni tal vez, el que la gran mayoría quería, no deja de ser un muy buen final. La muerte de Deb estaba más que cantada y que el ultimo capitulo iba a ser un sin fin de decisiones determinantes...también.
La muerte de Deb ha sido su última muerte, la cual lo deja en la completa soledad sin tener a nadie que quiera (y lo quiera) a su lado. Al darse cuenta que ha destruido a la única persona que ha tenido toda su vida a su lado y que lo ha querido incondicionalmente se plantea toda su existencia (su pasajero oscuro) y decide acabar con el para que nadie más (querido o no) muera en sus manos.
La escena del barco tirando a Deb me ha parecido exquisita, ya que como he dicho anteriormente es su ultima muerte, muerte de una persona querida por el (algo muy bien representado con el paisaje oscuro con la tormenta y ella envuelta en una sabana blanca) y que le hace tomar una decisión radical sobre su existencia. De ahí que se "suicide" yendo a la tormenta. Una metáfora bastante lograda de que ha acabado con su pasajero oscuro, no dejándose caer de nuevo en sus apetito voraz de sangre.
Y por ultimo, la escena final, donde Dexter está sumido en su nueva  y sola vida. Donde no tiene nada más que sus demonios y remordimientos por todo lo que ha ocurrido. Una forma de "castigarse" por todo lo que ha ocurrido por su culpa (bajo su punto de vista).
En conclusión, no es un final feliz para nadie y es que no podía llegar a haberlo, no hubiera sido bueno BAJO MI PUNTO DE VISTA, por muy bien que pueda llegar a caer el personaje. Eso si, que no sea feliz no significa que no sea un buen final, que lo es, y ha sido un gran broche a esta magnifica serie.
Good Bye, Dexter.”

Y leyendo este comentario ¡me doy cuenta de que aún no he hablado del capitulo final! Siento haberme andado por las ramas, pero todo necesita su gran contexto, y sobretodo una serie como Dexter.

Lo que más me DOLIÓ del final fue un factor ilógico. Dexter siempre se ha debatido entre una vida familiar y una vida de asesino en serie y, sorprendentemente, se le daban muy bien las dos. Los espectadores vivíamos pendientes de que vida prevalecería, pues estaba claro que, con el tiempo, solo podría soportar una. ¿Qué pasa al final? Nada, exactamente nada, no prevalece nada y todo queda en nada. Hannah cambió a Dexter con la imagen de familia feliz que le ayudó a proyectar a través de Harrison e hizo que dejara de tener sus impulsos asesinos, el pasajero oscuro se bajó en la estación Hannah. Pero la muerte (o ASESINATO) de Debra hacen que Dexter se replantee su valía para la vida familiar. Está claro que los guionistas querían castigar a Dexter, dejarlo sin nada, vacío. Pero esto se transformó en un castigo a la fiel audiencia. Está claro que para Dexter el castigo perfecto es la soledad, puesto que en la última temporada es cuando ha decidido que ya no quiere estar solo, pero el fingido suicidio fue demasiado dulce en nuestros labios como para mostrarnos una escena de diez segundos de un Dexter barbudo y triste que sólo me permitió pensar: “¿en serio? bah”.



La productora ejecutiva de la serie, Sara Colleton, afirma: «Exiliarse, lejos de todo lo que conoce y de todo su entorno es mucho mayor castigo», «Ahora vemos lo que le ha costado. Si hubiera escuchado al Oscuro Pasajero y hubiera seguido el Código, nunca hubiera dejado ir a Saxon, nunca hubiera pensado que no necesitaba matar».
Pues yo digo que tiene razón, pero que lo enfocaron mal. La muerte de Debra parece pasar desapercibida, ¿dónde está la reacción humana de Dexter? Si tanto ha cambiado no sólo se la quedaría mirando como lo hace, es más, con ella realiza su último ritual en el Slice of Life pero parece que su muerte no le altere más que la de Rita.
Imaginamos que la procesión va por dentro, pero si fuera así, sería solo un símbolo más de que Dexter no es apto por la “vida sana”.

Volviendo al principio, terminaré explicando porque me considero un espectador que olvida (esto es aplicable a otras series como Fringe).
Durante siete temporadas Dexter ha sido una de mis series favoritas. Llena de giros de trama, personajes odiosos a los que no se puede dejar de adorar y tensiones de larga duración… en general, pelos de punta. No por una temporada floja, aunque se la última, pierde su valor. Su final no puede ser su funeral (fiuniral).
Creo que el final perfecto hubiera estado entre el final de la séptima temporada y el tercer o cuarto capítulo de la octava, pero ya se sabe que las historias seriadas se ven constantemente forzadas por plazo y temporalidades.

Por más que haya dicho, te echaré de menos Dexter. 



¡Volveréis a oír de mi pronto! 

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